Vistas de página en total

miércoles, 14 de mayo de 2014

El misterio de la cuerda india




   El Misterio de la Cuerda India o El Truco de la Cuerda India es quizás una de lasilusiones mas controversiales de laHistoria de la Magia; alrededor de ella se han imaginado innumerables hipotésis tratando de darle respuesta a un efecto que aparentemente comenzó a realizarce en la India allá por el año 1800 (aunque algunos dicen que realmente comenzó a realizarce en Chicago, EEUU), pero sobre el que, sin embargo, faltan pruebas feascientes que demuestren que realmente haya existido aquella primer versión que indica que un ayudante del mago era descuartizado en el aire para luego reaparecer vivo.

El siguiente texto es una reseña sobre algo de lo que se conoce hasta la actualidad. Es un capítulo extraído del libro “Los ilusionistas y sus secretos” deMichel Seldow. Titulo de la edición original “Les Illusionnistes et leurs secrets”. Tradución del francés por Roden.

En la foto superior, el mago Karachi (Arthur Derby) en 1935. Foto del libro ‘The Rise of the Indian Rope Trick’” de Peter Lamont.
El Misterio de la Cuerda India, algunas teorías:

De pie en una gran plaza, o en pleno campo, rodeado de espectadores – imposible, pues, toda superchería – un indio de cara desagradable, lanza hacia el cielo una larga y pesada cuerda que queda milagrosamente suspendida en el aire y absolutamente rígida. Un joven ayudante del fakir, sube por esta cuerda, para desaparecer finalmente entre las nubes. Entonces el fakir le llama y como aquél no baja, se enfurece y colocándose un cuchillo entre los dientes sube en busca de su ayudante. Entonces se pierde misteriosamente en las alturas. Pero unos instantes más tarde se oyen en el aire unos gritos de dolor. Súbitamente, los miembros ensangrentados de un cuerpo humano caen al suelo ante los ojos aterrorizados de los espectadores. Finalmente, cae la cabeza cortada del joven, dando un golpe seco en el suelo.

El fakir aparece cubierto de sangre, llevando siempre su cuchillo – esta vez ensangrentado – entre los dientes, dejándose deslizar por la cuerda.

Una vez en tierra, parece arrepentirse del crimen que acaba de cometer. Es por este motivo, que junta todos los pedazos del muchacho y, encerrándolos en un cesto, murmura unas palabras incomprensibles, acompañadas de gestos cabalísticos y misteriosos. ¡Oh milagro! … La tapa del cesto se abre suavemente y el joven asesinado sale lentamente, entero, perfectamente recompuesto y vivo.
Seguidamente, fakir y ayudante pasan el platillo para recoger la recompensa de su morbosa proeza.

Y así se presenta una de las tres o cuatro versiones diferentes de la más célebre experiencia de los hechiceros indios. Ninguna exhibición mágica ha sido tan discutida como ésta. Centenares de hombres blancos, pretenden haberla visto, como también exploradores y toda clase de viajeros, igual que altos empleados coloniales ingleses. Es cierto que en 1875, el virrey de la India, Lord Lawnsdone, prometió una prima de 10.000 libras esterlinas, para atraer algún fakir que realizara esta manifestaci6nn en las fiestas dadas en honor del príncipe de Gales, el futuro Rey Eduardo VII. No se presentó nadie.

Se dice que testigos presenciales fotografiaron o filmaron este alucinante espectáculo. La película revelada se presentó… virgen de toda impresión.
¿Cuál es, pues, el misterio de esta fantasmagoría?

La afirmación de ciertos exploradores, pretende demostrar que han sido víctimas de una sugestión colectiva y evidentemente falsa. En cuanto a la explicación que dio antes de la guerra el aventurero de origen checoeslovaco Jan Erik Hanussen(foto) – cuyo verdadero nombre era el de Erich Steinschneider – (que fue el gran vidente del III Reich, ¡lo que no impidió que fuese asesinado por los nazis! ) no es más que una invención de un cerebro fértil en imaginación. He aquí lo que declara Hanussen sobre la célebre cuerda que dice haber visto en la India (donde jamás estuvo): la cuerda era en realidad una aglomeración… de huesos de carnero forrados de cáñamo o lino. Estos huesos se encajan unos con los otros cuando el fakir lanza la cuerda en el aire y de esta forma queda completamente rígida. Los miembros ensangrentados del joven serian trozos de carne escondidos con anterioridad por el fakir debajo de sus vestidos. En cuanto al asistente, sería él quien escondería estos pedazos en los pliegues del vestido del indio, cuando éste desciende hacia el suelo.
La Versión del profesor Samuel


Verosímilmente, la versión que dio hacia el año 1920 el profesor inglés Samuel (que cita Paul Heuzé en su libro Fakirs, Fumistels et Cie), es la que más se acerca a la verdad y descubre el secreto de esta macabra experiencia.

El espectáculo del que fue testigo tuvo lugar en Bombay y dos de sus ayudantes, estaban también presentes. Durante el ejercicio de este género, el ambiente tiene una gran importancia y se ruega a los lectores que hagan un gran esfuerzo de imaginación para transportarse a una pequeña terraza de una casa alta (este detalle es muy importante).

Por lo tanto, tampoco estamos en el centro de una gran plaza, ni en pleno desierto, sino en el patio de una casa. El sol está a punto de ponerse y los espectadores están colocados en los dos lados del patio.

El fakir y sus ayudantes hacen su aparición. El milagro de la cuerda india es la atracción prometida, ya que es el punto culminante del programa y es natural que se reserve para el final…

Empieza pues la sesión, con algunos juegos de menos importancia, acompañados de danzas, música estridente, cantos, exhibición de serpientes que salen de sus cestos atraídas por la cacofonía de los instrumentos.
He aquí el testimonio del profesor Samuel:

El fakir y sus ayudantes, agrupados en un semicírculo, encienden un brasero de carbón de madera que había sido preparado con anticipación y esparcen por encima del mismo un polvo blanco. Una nube de azul incienso, se eleva al mismo tiempo que se apercibe un olor un poco acre, y sobre todo desagradable para un olfato europeo. Uno de los ayudantes del fakir, que había desaparecido durante los cantos y bailes, vuelve con un rollo de cuerda, que entrega a su dueño. Una vez entregada, vuelve a echar polvo blanco, en mayor cantidad que antes, sobre el carbón y el humo se levanta con más intensidad que nunca.

El fakir coge una de las extremidades de la cuerda y la acerca al centro del brasero; en unos instantes se enciende, y la hace voltear luego, en círculos muy rápidos por esta parte encendida y por encima de su cabeza… Reuniendo la cuerda en un rollo, la tira hacia el cielo y la cuerda se desenrolla lentamente, para caer seguidamente y quedar suspendida balanceándose dulcemente en medio del aire, como desafiando la ley de la gravedad… El fakir echa un poco de polvo blanco sobre el brasero, después se acerca a la cuerda… y lentamente sube por ella, elevándose y desapareciendo en medio de la espesa humareda producida por el fuego…

En este momento, uno puede imaginarse que en semejante caso, no puede haber humo sin fuego y no puede haber “cuerda india” sin humo…

Naturalmente, al final de la experiencia, el fakir reaparece… para pasar el platillo. (Esto es del todo desconcertante – ¿no les parece? – que un hombre dotado de tales poderes, tenga necesidad de tender la mano…)

Antes de empezar el espectáculo, el profesor Samuel había mandado a uno de sus empleados que se colocara en observación sobre el tejado de una casa vecina y he aquí la información que este colaborador dio algunos instantes después de terminar la exhibición.

Mientras el fakir acapara la atención de la gente haciendo voltear la extremidad de la cuerda encendida, hay una cosa más importante que pasa en aquel instante. Desde el tejado de una de las casas circundantes, una cuerda muy fina ha sido lanzada justamente detrás del semicírculo que forman los espectadores. Cautelosamente, la punta de esta pequeña cuerda ha sido atada a la punta opuesta del extremo de la cuerda encendida por un ayudante y cuya punta está colocada en un terreno que nadie ve, o sea, por la parte de atrás del semicírculo.

Este pequeño cordel explica todo el juego. Cuando el fakir lanza al aire la punta de la cuerda gruesa, el ayudante la atrae hacia el tejadillo en el que está colocado, por mediación de la delgada. Ya no queda al fakir más que escapar en el momento oportuno cuerda arriba hasta el tejadillo de la casa, cosa que hace tranquilamente al amparo de la gran humareda…

Mientras los espectadores miran todavía hacia arriba, el fakir no hace más que descender por las escaleras, para pasar el platillo.
La explicación de los ilusionistas indios contemporáneos

Una explicación parecida de esta célebre experiencia ha sido dada por la filial india de la gran asociación de prestidigitadores en su revista The Linking Ring. Pues también hay prestidigitadores en la India… Y ellos son precisamente los primeros “en descubrir y revelar las supercherías de los pseudofakires”.

Poco antes de la guerra, un bramán, Rex Rohini Mohun Chaterjé, entrevistado por Paul
Heuzé, hizo una excelente aclaración sobre este punto:

“Todo esto es absolutamente falso y, por otra parte, es una sorpresa extraordinaria para nuestros compatriotas al leer las enormidades que los viajeros han escrito sobre nuestro país.

Para los europeos la India sólo son Rajás, tigres, fakires. ¡Esto es todo! Pero nuestros fakires son simples mendigos, pobres diablos que se ganan la vida haciendo juegos de manos. La India es desde hace mucho tiempo muy pobre y hay muchas formas de ganarse la vida entre la gente del pueblo – como, por ejemplo, mozos de equipajes o portadores que los encontrará en todas partes… ¡Seguramente vuestros viajeros para hacerse los interesantes explican estas historias soporíferas! … “.

Se ha podido ver, finalmente, el pretendido milagro y sobre todo el “truco” de La Cuerda India integrar varios números de musichall. Forma parte del repertorio clásico de las experiencias mágicas, tanto como “La mujer cortada en dos“, “La levitación”, “El hombre decapitado”, “El blanco viviente”, etc., que son los secretos de los grandes ilusionistas.

Hasta la fecha muchas personas han seguido afirmando haber presenciado aquel sangriento truco, el biógrafo del famoso Uri Geller afirmó que se trataba de un caso de alucinación colectiva inducida por hipnosis.

Por último, el padre López Guerrero en su libro Mirando a la Lejanía del Universo (Plaza y Janés, 1978) ofrece esta explicación de la ilusión más simple, con un hombre oculto en un agujero que sustituye la cuerda por una barra. Como todas las demás, por momento hasta causan gracia!.






Videos del truco de la cuerda india

El siguiente es un video de la BBC donde se puede observar a un mago hace alrededor de 80 años realizando la azaña, aunque claro está que es la versión mas simple, sin ningún tipo de drama sangriento como dice la leyenda.




Fuente: http://www.portaldemagia.net/el-truco-de-la-cuerda-india/

No hay comentarios:

Publicar un comentario